El Barco: Cuando la realidad supera la ficción

Bien, dentro de mi trabajo de investigación diario hoy os traigo mi sinopsis personal acerca de la serie  con la trama más elaborada y coherente de la televisión actual: El Barco.

Se trata de una historia de la vida cotidiana, muy realista y con la que todo el mundo se podrá sentir identificado: Un buen día, el acelerador de partículas secreto de la comunidad científica acaba con el mundo, quedando como único superviviente sobre la faz de la Tierra, el Estrella Polar, Buque escuela español, ya que en el momento de los hechos queda protegido por una tormenta. 

Cómo la comunidad científica no tiene un pelo de tonta, y ya contaban con que podía pasar esto, pues se encarga de que en el Barco vaya un miembro del proyecto. Una doctora en Biología con conocimientos en cirugía, investigación médica, física cuántica, informática avanzada y localizadores geográficos, joven, atractiva y con dominio del inglés (lo que viene a ser un currículum medio en este momento).

Lo mismo te trato, que te opero, que te investigo, que salvo el mundo, todo siempre muy mona.

Adivina, adivinanza: ¿Quién será el malo?

Pero lo que me sorprende de tan trepidante aventura no es el destino del buque, que por cierto a día de hoy lleva varios meses a la deriva, pero en las despensas no falta nunca un buen brick de leche gaza, de estos que no caducan de toda la vida y que se regeneran de forma espontánea.

La gasolina nunca se agota, en el caso de que esto pase tenemos a la experta en física cuántica, que como se hizo un cursillo de química a nivel de usuario en CCC, sabe destilar combustible a partir de aceite. Aceite de oliva virgen extra Ojiblanca, de la misma casa de regeneración espontánea que la leche Gaza.

Lo que me sorprende realmente son las diferentes situaciones ante las que se tiene que enfrentar Mario Casas, situaciones que imprescindiblemente requerirán que el protagonista se quite la camiseta, se quede en tirantes, o en su defecto se ponga un traje de neopreno que le quede pequeño. Aunque no es el único al que la lucha por la supervivencia obliga a ir semidesnudo por cubierta.

Situación Real 1: Entramos en la nevera del Barco, en la que están todos los suministros que nos quedan, nos insultamos un poquillo y claro, se cierra la puerta. Nos quedamos atrapados con poca ropa, la poca ropa que tenemos la quemamos para hacer una hoguera para que salte la alarma de incendios del barco y que nos saquen, aún a riesgo de morir ahogados, era eso o morir congelados…evidentemente no había alternativa al desnudo.

Situación Real 2: No tengo camarote, me buscaré un lugar alternativo en el que dormir. La cama de la protagonista parece un buen lugar, aunque yo no quiera nada con ella. Vaya! Tengo ganas de ir al baño, tendré que pasar por encima de ella mientras duerme…. Evidentemente no tengo alternativa al desnudo.

Situación Real 3: Está nublado, y estoy preocupado. Me preocuparé en la borda, no sé si vamos a morir, por si acaso esperaré a la muerte desnudo…. Sólo por si acaso…

Vaya!, creo que yo también estoy preocupada por la situación.

Situación Real 4: Vamos a morir todos, pero la higiene es básica, dejar un cadáver bonito y aseado puede marcar la diferencia para los peces… evidentemente no tenemos alternativa al desnudo y a coincidir en la hora de la ducha. Es la única hora libre que tenemos los dos entre que nos morimos todos y no.

Situación Real 5: Tengo que luchar con un monstruo prehistórico submarino y espantarle, ya que el acelerador de partículas ha ocasionado mutaciones aberrantes, que se han manifestado en el plazo de una semana. El bicho nos quiere comer… Oh, vaya! Maldita cremallera de mala calidad y malditos pectorales enormes! Tendré que bajar semidesnudo, no tengo alternativa.

¿Qué nos deparará la segunda temporada? ¿Alienígenas?¿Un mundo “wajoelmar”? Lo que es seguro, es que nos esperan muchas más situaciones reales.

¡Plataforma a favor de la telerealidad! XD